Estrella y Angel
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Estrella y Angel
Bueno aqui pondre la historia que ando haciendo contando la historia de Thiferet y Maick. Pensamos en hacer de como nos conocimos por que en el oficial vamos a hacer puro roleo entre nosotras. Por ahora ando haciendo el prologo q seria la pre-historia. El capitulo 1 seria ya cuando empezaramos en el oficial y depende de lo que nos pase alli lo hiremos narrando.
Aqui os dejo una parte que aun tengo q terminar. Aviso de que aun esta sin revisar y sin terminar, por lo tanto pueden haber modificaciones en la historia
Espero que les guste
Prologo 1
Prologo 2
Aqui os dejo una parte que aun tengo q terminar. Aviso de que aun esta sin revisar y sin terminar, por lo tanto pueden haber modificaciones en la historia
Espero que les guste
Prologo 1
- Spoiler:
- Tras haber encontrado Quel´thalas en ruinas y de unirse con los más bravos luchadores a la batalla contra la Plaga en Lordaeron, Kael´thas se alió con los Naga, una raza de Serpientes-Humanoides acuáticos liderada por Lady Vashj. Los Humanos al ver tal acto por parte del Príncipe de los elfos de sangre, le apresaron condenándolo a muerte. Lady Vashj, acudió en su ayuda, conduciéndoles a un nuevo terreno…conduciéndole hacia el Portal Oscuro…
Las hojas anaranjadas de los arboles caían como de costumbre por las afueras de Lunargenta. La ciudad de los elfos de sangre se veía prospera, tras la condena que pusieron los Humanos a los elfos de sangre, la Horda ya no los trataban como enemigos, al contrario, se veía que empezaba a haber un vínculo con ellos, por lo tanto no era de extrañar el ver por las calles de Lunargenta a un Orco, Tauren, Troll o un no muerto, convirtiéndose así en una de las capitales importantes de la Horda. Había un gran movimiento por parte de los elfos de sangre. La ciudad se estaba recuperando poco a poco, parte de ella estaba totalmente reconstruida, pero se notaba algo de inquietud por parte de los elfos. Las ultimas noticias que habían escuchado sobre su príncipe, era que había traspasado el Portal Oscuro, donde se encontraba un nuevo mundo…un gran poder. Muchos de los elfos de sangre empezaban a trasladarse hacia las tierras devastadas, con la intención de atravesar el Portal Oscuro y adentrarse así hacia el nuevo continente conocido como Terrallende.
La familia Vardamir tras haber estado durante varios años inactivos en la lucha por la llegada de su hija, decidieron que era hora de volver a aquellas aventuras que hacían pero ahora con un miembro mas en la familia. No hacia mas de dos días que llegaron a Lunargenta, en busca de mas información sobre el nuevo continente. Se habían alojado en una de las posadas, no esperaban estar mucho en la Ciudad, como mucho estarían una semana. La hija, de ocho años de edad (aparentemente humanos) era la viva imagen de sus padres, con el espíritu aventurero de la familia, pero las travesuras de ella eran superiores a todo. No podía estarse quieta ni un solo segundo a cada momento quería estar haciendo algo y era por eso mismo que había aprovechado un despiste por parte de sus padres para escaparse e irse por las afueras de Lunargenta. Tenía avisado miles de veces por sus padres que el salirse de las afueras podría resultar peligroso y más en esos tiempos de confusión. Pero poco le importaba a la pequeña elfa las advertencias de peligro, ella sola se había aventurado a ir desde Lunargenta hacia la Isla del caminante del Sol, no estaba muy lejos, pero para una niña y con los enemigos que había alrededor era muy peligroso. Pero allí llego, curiosa, mirándolo todo a su alrededor. De repente algo tapo su vista, había chocado con un joven elfo, tirándola al suelo por el impacto.
-Ey pequeña, este no es lugar para ti, deberías de estar en la ciudad, este es un sitio peligroso lleno de enemigos. –El elfo le sonrió cariñosamente, teniéndole la mano para ayudarla a levantar, agachándose para hablar con ella.
-¡Yo no tengo miedo!-No hizo caso a la mano del elfo y se levanto ella misma como si no hubiera pasado nada. Le echo una mirada de reojo y vio que tenia empuñada una espada.- ¿Qué haces con esa espada? ¿Eres un aventurero?
-Exacto pequeña -le sonrió- aquí tenemos que venir todos los elfos cuando empezamos nuestros primeros pasos para empezar nuestra aventura como luchadores. Como ves, acabo de empezar mi entrenamiento en mi aprendizaje como paladín.
Sus ojos estaban completamente abiertos, emocionados, al ver que había un recién aventurero delante de ella.
-¡Yo quiero ser también una aventurera! ¡Seré tan fuerte como mis padres y derrotare a todos los malos!
El elfo no pudo contener la risa y se echo a reír incorporándose, poniendo su mano sobre la cabeza de la niña.
-Aun te quedan unos cuantos años para poder sostener una espada, pero si quieres saber mas sobre como convertirse en un aventureros, sube esas escaleras y ve recto, encontraras dos edificios donde allí están los maestros de clases y la gran instructora Magistrix Erona–El elfo señalo con su otra mano hacia el norte, a la pequeña no le gusto mucho ese gesto que hizo en poner su mano sobre su cabeza, asique rápidamente se la quito, apartando la mano del elfo.
-¡No soy una cría!
Diciendo esto, la pequeña le saco la lengua y enseguida se encamino hacia las escaleras para subirlas, dejando atrás al joven elfo. Se dirigía para ir hacia el norte, pero una gran torre le llamo la atención. La curiosidad le hizo olvidar a los instructores, asique cambio de dirección para dirigirse hacia esa torre, la llamada academia Falthrien.
Los alumnos atendían callados y completamente atentos al profesor. La academia Falthrien era conocida por la escuela arcana de los elfos de sangre. De ella salían los guerreros mas poderosos, sus nombres eran respetados y temido por sus enemigos. Pero no cualquiera podía llegar a entrar en la academia, los mismos altos elfos elegían a sus alumnos, y estos, tenían que estar noche y día sin entretenimientos, estudiando los poderes arcanos estrictamente sin la opción de volver con sus familias criándose en la academia. Tras la academia, había una organización oculta, la secta Vardainiel. Se dejaban guiar por sus propias emociones y misiones, actuando a veces de la forma que ellos consideraban justa. Observaban a cada alumno en secreto, hasta que veían cuales eran los mejores, dejando a los demás como si ya no existieran. Cuando los estudiantes llegaban al ultimo nivel tras años y estaban completamente preparados para enfrentarse a cualquier enemigo, los Vardainiel se ponían en seguida en contacto con ellos, otorgándoles mas poder de lo que ya tenían. Así eran los Vardainiel, solo los que demostraban tener un poder oculto podían entrar.
La sala estaba en silencio, nadie hablaba, ni siquiera el tutor. Ningún estornudo, ninguna pestañeo…silencio absoluto. Los pequeños elfos, tan solo con seis años, ya habían sido instruidos para obedecer sin rechistar. EL tutor dio unas palmadas y los pequeños se levantaron formalmente, saliendo uno en uno de la sala, sin hablarse entre ellos, colocándose sus capuchas de sus uniformes haciendo que cada alumno estuviera tan solo concentrado en lo suyo, sin poder hablar con nadie más. Había llegado la hora de un descanso, donde los elfos podían salir a los jardines de la academia, sin alejarse de sus terrenos.
La pequeña elfa se acercaba a la academia, mirando hacia todas las direcciones de aquellos terrenos. Se fijo que varias figuras de todos los tamaños salían silenciosamente de la puerta principal. Esa actitud le llamo mucho la atención, pues eran elfos de todas las edades, por lo tanto había muchos niños, estaban allí, sin jugar, tan solo concentrados en sus pensamientos aunque estuvieran fuera de las aulas. Una pequeña figura tropezó, cayendo al suelo, pero nadie le ayudaba a levantarse, cada uno estaba en sus pensamientos. En seguida la pequeña elfa fue donde la figura encapuchada para ayudarla a levantarse.
-¿Estas bien?- Inco su rodilla en el suelo para agacharse y verle el rostro, a ver como se encontraba. Era una elfa rubia, de unos seis años.
-Si…Estoy bien...- Nunca antes la habían ayudado, y ese gesto le extraño tanto que alzo la vista para ver de quien se trataba. Las dos pequeñas se miraron a los ojos por un largo tiempo. –Disculpa...-Rompió el silencio que hubo y se levanto en seguida, girándose para irse.
-¡Espera! ¿Por qué te vas? Estos parecen muy aburridos…todos tenéis esas capuchas puestas…apenas podéis miraros. Sois raros.
-Somos así por que somos fuertes. –La más pequeña de las dos se paro, girándose para mirar de nuevo a esa extraña elfa, nunca antes vista.
-Bah…¡Yo también soy fuerte! Y no voy así como vosotros…-La miro determinadamente y se acerco a la pequeña rubia, retirándole la capucha, dejando su rostro y sus cabellos rubios al aire- ¿No ves? Así esta mucho mejor. ¿Como te llamas?
La elfa quedo algo sorprendida por ese gesto...la verdad es que nunca había estado fuera de la academia sin la capucha puesta, sentía como el cálido sol acariciaba sus mejillas.
-Thiferet Daerwen ¿y tu?
-Mäick Vardamir–Se llevo inmediatamente las manos a la boca –¡No debí decirlo! Mis padres me reñirán por decir mi verdadero nombre…
-¿Por que te irían a reñir?
-No se…desde que llegamos a las tierras de Lunargenta siempre me repiten lo mismo…-Mäick empezó a imitar a sus padres de forma graciosa- No salgas… ¡No hables! ¡Nunca digas tu nombre!
Thiferet no pudo contener la risa ante las imitaciones de Mäick, era algo raro para ella, nunca había reído a lo largo de sus seis años, todo había sido meditación, poder y aprendizaje. Realmente le estaba gustando ese cambio en su rutina.
-Bueno…también me dijeron que no saliera de la posada…y aquí estoy…-Mäick empezó a reírse a carcajadas- Se ve que no tengo remedia… ¿Quieres venir y jugar conmigo?
Unas pisadas sobre la hierba se acercaron, una de las mas altas figuras se habían acercado hasta las dos pequeñas. Inmediatamente Thiferet se puso la capucha por encima susurrando un lo siento, girándose y yendo hacia adentro de la academia. Mäick se quedo totalmente extrañada con aquella chica y aquel lugar. Al decir su nombre se acordó de lo que su madre le repetía una y otra vez asique decidió volver a la posada cogiendo camino hacia Lunargenta.
-Daerwen… ¿A qué se debía ese comportamiento?
El alto elfo había conducido a la pequeña hacia una sala donde parecía un despacho.
-Lo siento Maestro, no se volverá a repetir. –Thiferet recordó completamente la conversación con Mäick… “¡Yo también soy fuerte!”. Tenía que decir algo para que su maestro no sospechara de su conducta – La vi que estaba por los jardines y que no pertenece a la academia, vi un gran poder en ella y por eso quería estudiarla.
Una sonrisa se dibujo en el rostro del Maestro.
-No esperaba menos de ti Daerwen, la mejor alumna desde hace años en la academia. Yo también note un gran poder en ella, ¿sabes de donde viene? Es raro, esa elfa debería de estar en esta academia…
- Solo se que se hospeda en la posada…
-¿Y su nombre?
-Mäick…Vardamir.
-¡¿Qué?!- El elfo se agito enseguida –¡Los Vardamir! ¿Aun existen? Como osan aparecer…Puedes retirarte Daerwen, has hecho un gran trabajo.
Era la primera vez que Thiferet no estaba satisfecha con lo que había echo, no sabia que tanta importancia tendría ese apellido para volvió así a su maestro, y fuera lo que fuese no tenia buena pinta. Inmediatamente salió del despecho, sabia que algo tenia que hacer lo antes posible. Intuía que aquella chica que acababa de conocer corría peligro. Quería avisarla pero no podía salir de la academia, desconocía el camino hacia la ciudad, era imposible avisarla…Pero la mente astuta de la pequeña enseguida se puso en marcha tenia que crear el rumor, pero fuera de la academia, sabia muy bien que lo más rápido que había en el mundo eran los rumores. Salió corriendo hacia los jardines, estaba en el extremo de los jardines...por allí solían pasar miles de elfos aventureros, que empezaban sus aventuras gracias a la maestra Magistrix Erona. Por suerte enseguida vio a un aventurero, pero no era nuevo llevaría ya sus años en batallas, cabalgando sobre su montura.
-Señor, perdone. ¿Te diriges a Lunargenta?
-Si, ya termine todos los negocios que podía hacer aquí. ¿Acaso quieres algo pequeña?
- Hay un rumor…los Vardamir están aproximándose a Lunargenta, pronto llegaran y correremos gran peligro, se lo escuche a mi Maestro, tienes que avisar a todos los ciudadanos.
-Los Vardamir… correrían un gran peligro si vinieran, se derramaría bastante sangre…pero yo tenia entendido que ya no existían. Hare correr la noticia…
El elfo ordeno a su Zancudo que corriera, dirigiéndose rápidamente sin ningún entretenimiento a Lunargenta.
-¡Mäick! ¿Donde te habías metido?
La pequeña elfa llego a la posada, sus padres estaban nerviosos, intranquilos, preparando sus bolsas de viaje rápidamente.
-¿Qué pasa?
-No hay tiempo Mäiky, tenemos que irnos ya.
Teniéndolo todo listo, los tres salieron de la posada, cuidadosamente, sin llamar mucho la atención. La gente parecía cuchichear, hablaban en voz baja, las calles estaban muy extrañas. La familia consiguió salir de Lunargenta, pero a lo lejos vieron las figuras encapuchadas de los altos rangos de la secta Vardainiel, tenían que hacer todo lo posible para salvar sus vidas.
Prologo 2
Maick- Administradora
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Fecha de inscripción : 02/08/2010
Edad : 37
Re: Estrella y Angel
Esta wapo, no lei entero pero tiene buena pinta
Warmor- Dps Selas
- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 14/08/2010
Edad : 32
Localización : Calle falsa 123
Re: Estrella y Angel
Ahora en vez de seguir con el fan fic lo haré en modo comic, pero cambiando de que es del wow por uno inventado mio a ver si me hago famosa!! XD
Maick- Administradora
- Mensajes : 111
Fecha de inscripción : 02/08/2010
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